Después de tanto tiempo de escapadas, idas y venidas, por fin Carmela descansa tranquila en un hogar, una vez que conocío lo que era estar en una casa nunca más se volvió a escapar. Desde que conoció a Alicia y a sus hijas no las pierde de vista, ahora son su hogar. Esperemos que vivan felices, tal y como se merecen.
Mil gracias familia.