Nuestra compañera Ana decidió acoger a Nesmo cuando sus problemas de comportamiento eran difíciles de asumir en una casa. A pesar de no tener experiencia en gatos, le abrió su casa y su corazón.
Nada más que se conocieron fue un flechazo y poco a poco y con mucha paciencia lo ha convertido en el gato que es hoy.
Pero dejar marchar a Nesmo se le hacía muy duro y tomo la decisión de adoptarlo.
Tú le has elegido a él y él te eligió a ti. Muchas gracias Ana por todo lo que has hecho por Nesmo.
¡Viva el amor gatuno!