Pablo y Patricia se enamoraron de Luna nada más verla. Y decidieron darle una oportunidad, pese a que era una perra bastante desconfiada.
Y Luna se lo ha recompensado con creces. Los quiere un montón y tiene una paciencia infinita con el pequeño de la casa, al que adora. Será la mejor compañera que pueda tener.
¡Muchas gracias por ser así! ¡Os deseamos la mayor felicidad!