¡Que bonitas son las gatas careys! Cada una es única e irrepetible, pero todas enamoran.
Es lo que le pasó a Juan Carlos, acogió a Gamora de forma temporal en su casa y acabó convirtiéndose en su hogar definitivo. Y es que Gamora es un amor de gata, imposible despedirse de ella.
Solo podemos decir, ¡Gracias por quererla!