Silvia y sus hijos le han dado a Tobías la oportunidad de ser feliz.
Tobías era uno de los zarposos más veteranos, desde el año 2015. Pasó mucho tiempo en la guardería, donde demostró lo cariñoso y zalamero que era, y robó el corazón a todos los voluntarios que pasaron por ahí. Pero Tobías tenía un nivel de energía muy alto, y se llevaba mal con otros machos. A Silvia esto no le echó para atrás y decidió convertirse en su casa de acogida.
Allí Tobías, en un entorno más relajado y controlado, se ha convertido en un perro nuevo. Sigue igual de cariñoso con las personas, pero ha aprendido a relacionarse con otros perros. Ahora juega, se divierte y es plenamente feliz. Y Silvia se ha dado cuenta de que ya no pueden separarse de él.
¡Mil gracias, Silvia, por darle una segunda vida a Tobías! ¡Os deseamos toda la felicidad del mundo!