Finn fue recogido de cachorro junto con sus hermanos. La suerte le sonrió y su vida cambió cuando Yaiza y Alberto decidieron adoptarlo.
Ahora este grandullón comparte sus mejores momentos con ellos, y es plenamente feliz. No le faltan buenas caricias, buenas siestas y buenos achuchones.
A cambio Finn les dará toneladas de amor y una lealtad que no se romperá nunca. Yaiza y Alberto se han convertido en sus humanos indispensables.
¡Muchas gracias por adoptar! ¡Os deseamos la mayor felicidad!